En la zona ceremonial de Teotenango, Estado de México, fue encontrada una lápida en la que puede observarse a la Mariposa de Obsidiana, Itzpapálotl, quien fuera una importante diosa matlatzinca. Su cabeza está representada por un Cozcacauhtli, buitre, dirigida a la derecha, con el pico abierto, calva, y con prominencias; su cuerpo es el de una mariposa. Junto a la imagen se encuentra La fecha de un calendario desconocido. Del torso de la Itzpapálotl, formado de cinco partes, surgen dos brazos estilizados. En el pecho luce un pectoral de oro de connotación ígnea y de riqueza, y una gargantilla de doce cuentas a punto de caer, como si se avecinase una derrota. En las alas derechas de la Mariposa de Obsidiana hay un disco cruzado por una línea, a manera de parpado, símbolo de las estrellas. En total son cuatro ojos de la noche a los que debe el nombre de Cuatro Espejos.
Se trata de una diosa chichimeca guerrera, cuyos animales que la conforman, remiten a la vejez, la antigüedad, la noche, a los astros nocturnos, al fuego y al poder. A ella los chichimecas debían el conocimiento de la cacería, razón por la cual fue la patrona de los cazadores. (Cf. Aguilera Carmen, La Lápida de Itzpapálotl)
En los Anales de Cuauhtitlan, pertenecientes al Códice Chimalpopoca de la época colonial, quedó asentado que: Cuando los chichimecas vinieron, los guiaron cuatrocientos mixcoas hasta que salieron por los nueve lugares donde se pone uno negro (chicnauh tlilliuhcan), por sobre los nueve llanos (chicnauh ixtlahuatlipan) donde cayeron en poder de Itzpapálotl que se comió a los cuatrocientos /mixcoas/ y los consumió. Itzpapálotl les ordenaba: Tirad con el arco por Huitztlan, “entre las espinas”, el sur, en Huitznahuatlalpan, “el suelo limpio de espinas”, en Amilpan, “la sementera de riego”, y en Xochitlalpan “la tierra florida”, donde flecharéis un águila roja, un tigre rojo, una culebra roja, un conejo rojo y un venado rojo; y cuando hayáis vuelto de tirar con el arco, ponedlos en manos de Xiuhteuctli, “el señor del año, dios del fuego”, Huehuetéotl, “el dios antiguo”, a quienes guardarán los tres, Mixcóatl, Tozpan e lhuitl. Estos son los nombres de las tres piedras del hogar. De esta manera instruyó Itzpapálotl (mariposa de navajas), a los chichimecas. Sólo Iztac Mixcóatl al que se nombra Mixcoaxocóyotl (Mixcóatl el menor), huyó, escapó de sus manos y se metió apresurado dentro de una biznaga. Itzpapálotl arremetió contra la biznaga; salió de prisa Mixcóatl, luego la flechó repetidas veces y evocó a los cuatrocientos mixcoas que habían muerto. Estos aparecieron y en seguida la flecharon una y otra vez. Así que murió, la quemaron; con su ceniza se empolvaron y se pintaron ojeras.
La lápida de esta diosa guerrera pertenece a la cultura matlatzinca, al período Epiclásico. La piedra mide 58 por 57 centímetros y actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Román Piña Chan.
Los matlatazincas, “el pueblo de la red”, vivieron en una región lacustre y se dedicaban a la pesca. Los primeros pobladores llegaron al Valle de Toluca hacia el siglo XII, como parte de los grupos que peregrinaron desde Chicomoztoc al Valle de México. Su nombre proviene de la forma en que los mexicas denominaban a la gente que habitaba las tierras del Valle de Toluca, cuya capital fue Matlatzinco, quienes convivían con hablantes de mazahua, ocuilteco-tlahuica, otomí, y náuhuatl. Aun cuando ellos se denominaban a sí mismos nintambati, “los de en medio del Valle” y nepinthathahui, “los de la tierra del maíz”. Fueron fundadores de importantes señoríos que contaban con centros ceremoniales y políticos, uno de los cuales fue Teotenango.
Este centro ceremonial fue fundado en el tiempo del ocaso de la civilización teotihuacana por un grupo llamado teotenancas, otomíes influenciados por la cultura teotihuacana, que entre 750 y 900 d.C. ocuparon Ojo de Agua y el norte de la zona de Tetépetl. En 1162, llegaron los matlatzincas a Teotenango, ciudad a la que enriquecieron con edificaciones en el centro ceremonial, además de haber construido una muralla para fortificar la ciudad. En 1474, Teotenango fue conquistado por los mexicas comandados por el huey tlatoani Axayácatl.
Actualmente, el sitio ha sido explorado en parte. En el pueden verse La Plaza de la Serpiente, el Juego de Pelota, la Plaza del Jaguar, y algunos edificios más, aún no muy explorados.