Los mexicas afirmaban que los hongos sagrados tenían su origen en el Árbol Sagrado de Tamoanchan, situado en el lugar mítico habitado por los dioses, arriba de los trece cielos; a su vez relacionado con el Árbol Sagrado del Tlalocan, el Árbol de la Vida. El dios que regía sobre los hongos sagrados fue Tláloc el dios del agua, por ello a los hongos solíaseles llamar apipiltzin, “pequeños hijos de las aguas”.