SÓLO PERDURARÁ WATAUINEWA
YÁMANA O YAGÁN
Los yámanas cuyo nombre significa “hombre”, prefieren denominarse a sí mismos con el término yaganes, que designa al canal Murria en donde solían reunirse. Habitan la Tierra del Fuego y una pequeña parte de Chile. Su idioma aún está sin clasificar. Actualmente, existen 51 indios, aunque para otros investigadores sólo hay 10 hablantes de yagán. Sin embargo, hay noticias de que el último yagán, llamado Carlos Raúl Yagán, murió en el mes de septiembre de 1997.
El mundo fue creado por Watauinewa, el Ancianísimo, el Eterno, el Antiguo, el Viejo, el Invariable; también llamado Hitapuan, Mi Padre; o Abailakin, el Fuerte o Poderoso, términos todos que denotan respeto. Es un dios intangible, bondadoso y justo. En el principio sólo existía Él, y al término de la Humanidad sólo el dios subsistirá. Nunca nadie supo de dónde vino. Sólo se sabe que es un espíritu puro e invisible: es quéspij. Watauinewa vive en el Cielo, Sef, desde donde creó la Tierra, plana y circular, en cuyo centro se encontraba la isla mítica donde dio comienzo la vida: las plantas, los animales, y el lugar de la llegada de las familias originales.
Watauinewa es un dios que todo lo sabe y todo lo puede, conoce lo que hacen y los que piensan los humanos. Sus normas o mandamientos deben ser cumplidos al pie de la letra, porque si no envía las enfermedades y la muerte. Watauinewa no tiene esposa ni hijos, es el Creador y Dueño de la Creación. A él se le debe el alimento que de ninguna forma ha de desperdiciarse. Es el Señor de la Vida y de la Muerte. Es un dios bondadoso que castiga a aquellos que se portan mal, por no llevar una conducta justa. Tiene personajes y héroes mitológicos subordinados que le ayudan en sus tareas. Son personajes que vivieron en el mundo hace mucho tiempo, para luego convertirse en los fenómenos de la naturaleza. Así como Watauinewa es la parte básicamente bondadosa del cosmos, Yetaita encarna el mal, lo negativo de la vida; sin embargo, no llega a tener la misma importancia que el dios creador, por lo que no puede haber rivalidad entre ellos. Es un simple espíritu.
Mucho después de que el Creador formó la Tierra, llegó desde el norte una familia de nombre Yoáloj, formada por seres humanos, y se asentó en el sur, en la Isla Grande de Tierra del Fuego, para luego irse hacia el poniente. Ellos fueron los primeros pobladores de la Tierra. La familia recorrió gran parte del mundo, hasta llegar al canal Beagle donde se asentaron y se reprodujeron.
Los miembros de la familia eran el padre, la madre, tres hermanos y dos hermanas. Dos de estos varones eran muy superiores a los demás miembros de la familia. Eran muy inteligentes y muy hábiles para crear cosas útiles. Sin embargo, la hermana mayor, llamada Yoáloj-Tamuxipa, era mucho más inteligente que ellos, pero vivía eclipsada por los hermanos. La joven les indicaba cómo crear las cosas necesarias para la vida diaria, lo que enojaba a los hermanos y producía fuertes producía fricciones entre ellos.
Los tres hermanos fueron los que les enseñaron a los hombres todo lo necesario para poder vivir. Por ejemplo, les dieron las herramientas de uso común, armas para cazar y pescar. Les enseñaron a los humanos cómo quitarles la piel a los animales y cómo prepararlos para que se pudiesen comer. En resumen, los hermanos fueron los héroes culturales que inventaron el fuego, la caza de las aves, las puntas de las flechas, y el sentido del sexo, el amor, la muerte y la pintura corporal. Fueron también los que dieron nombre a lo creado y a lo inventado por ellos.
Cuando descubrieron el fuego fue debido a que un cierto día, el mayor de los hermanos frotó una shehuáli, obsidiana, con otra y del roce salieron chispas, que encendieron un montoncito de plumas a las que agregó leña: el fuego estaba descubierto, y sobre todo, controlado. Este hermano mayor no quería que el fuego se apagara nunca; pero, el otro hermano dijo que no se debía facilitar todo a las personas y que debían esforzarse en lograr las cosas y aprender a hacer el fuego por ellos mismos.
La familia primaria se quedó mucho tiempo en la Tierra. Llegó un día en que la mamá de los hermanos estaba ya muy viejecita, y sufría mucho por su avanzada edad. Entonces, el hermano menor decidió que no debía sufrir tanto, y la mató. Fue la primera muerte que conoció la humanidad. Los hijos de esta madre no murieron, sino que se fueron al Cielo cuando se volvieron viejos, y se convirtieron en Proquión y en Sirio. Las otras estrellas que forman el firmamento son los demás hermanos. Al mismo tiempo que la familia Yoáloj llegó a la Tierra, llegaron la familia del Sol Mayor, llamado Taruwalëm, y otras familias más. El Sol Mayor tenía un hijo, Lëm, el verdadero sol de día que reina en la actualidad. Taruwalëm era de pocas pulgas y bastante agresivo. Como se encontraba muy cerca de la Tierra, con sus rayos había causado un incendio que quemó todo; las montañas y llanuras se quedaron sin vegetación, lo que ocasionó la aparición de desiertos. Por sus actos, la gente odiaba a toda la familia del Sol Mayor, menos a Lëm, que era bueno y siempre estaba dispuesto a colaborar y ayudar a los otros. Un día las mujeres decidieron matar al Sol malo e intentaron ahorcarlo; pero el Sol logró escapar hacia la bóveda celeste donde se convirtió en una lejana estrella de mucho brillo. Fue entonces cuando Lëm tomó su lugar, quien al carecer de la fuerza de su padre no quemaba la Tierra.
Lëm tenía una esposa y muchos hijos que se convirtieron, posteriormente, en animales como zorros, ratas, gansos, patos… Un día las mujeres se confabularon durante el Kina (celebración masculina), para quitarles el poder a sus esposos. Hánuja, la Luna y miembro de la familia del Sol Mayor, dirigía la sublevación, que intentaba establecer el matriarcado. Finalmente triunfaron gracias a la magia que utilizaron. Para remediar esa catástrofe, Lëm ayudó a los hombres a atacar a las mujeres durante de una celebración que estaban llevando a cabo; sorprendidas, a los hombres les fue fácil despojarlas del poder. Esto sucedió en la época que se conoce como el Gran Cambio; es decir, el paso del matriarcado al patriarcado. Después de este hecho, Lëm subió al Cielo desde donde calienta y protege a los hombres. Así pues, en una época las mujeres dominaron la Tierra; después fueron masacradas o convertidas en mamíferos marinos por el Sol. Anteriormente, Los hombres estaban encargados del trabajo de la casa, las mujeres mandaban, se burlaban de ellos, y se convertían en espíritus para asustarlos. A Raíz de la perdida del matriarcado Hanuja huyó al Cielo y se convirtió en la Luna y su esposo, que era un gran chamán, en el Arco Iris. De la masacre ejercida contra las mujeres sólo se pudieron salvar las niñas, porque en ese momento se encontraban en otro lugar.
Un día la Luna se cayó en el mar y todo se anegó y hundió, sólo hubo algunos sobrevivientes de las familias míticas que se alojaron en la Isla Gable, de los cuales descienden los actuales yámanas.