PLANTAS SAGRADAS

Mariguana, ayahuasca, hongos, peyote ¿drogas? ¿o sabiduría despreciada y mal utilizada por el pensamiento occidental?

La variedad y uso de plantas que conocían las sociedades precolombinas es asombrosa, pero los misioneros españoles condenaron el uso de ciertas plantas, sin interesarse demasiado en el tema, solo porque a sus ojos eran puertas a los infiernos, al diablo y todo lo vinculado con las mismas era inevitablemente trato con el maligno.

Y aún ahora, aunque coexiste dentro de nuestro mismo país (cada vez menos) es poco lo que realmente sabemos, ¿cómo se usan? Y ¿para qué?. Los pueblos indígenas son los que saben como utilizarlas, los chamanes herederos de los sacerdotes precolombinos saben como usarlas por conocimiento y esencia.

¿Cuál es su función?, las plantas sagradas ayudan con la conexión de los dos hemisferios cerebrales, el lógico y el creativo, para mantenerlas en comunicación constante, equilibrados en uno mismo para estar alineados y sentir el proceso general de las cosas con todo lo que conocemos y con lo que no también, ayudan a tomar conciencia de otra realidad.

Pero no se puede usar así como así, se tiene que saber ¿cómo? y ¿para qué? antes se debe transitar los llamados “caminos” y procesos de purificación, también implica prohibiciones sexuales y alimenticias como nada de carnes rojas, blancas, frituras, salsas, sal y azúcar, como podrán darse cuenta son bastante rigurosas y no cualquier cosa.

Las plantas son una herramienta un medio para llegar y no el fin, no es algo constante, son solo para la primera fase de la iniciación, después de esta fase el trabajo por hacer, es interior, no con la ayuda de elementos ajenos, por lo tanto se debe saber hasta que punto se debe utilizar una planta sagrada, porque comparándolo se podría utilizar una pastilla, el ritalin por ejemplo, es una especie de mariguana, que intenta regular el hemisferio izquierdo y el derecho para que estén tranquilos, el problema es que si uno toma demasiado ritalin se queda tonto, y si fumas demasiada mariguana normalmente también. Tiene que ver con el proceso químico cerebral y eso se convierte en un problema porque muchos lo ingieren como “droga” y no lo son, pero se convierten por el uso que les dan, y otros que dicen darle un uso sagrado pero en realidad lo hacen por un anhelo de estar en otra realidad o por regresar a casa y es una deshonra al medio natural que te permite la conexión. Lo primero le da sentido y trascendencia lo segundo degradación y esclavitud.

 “Es una vuelta a sí mismo, no al que fue ni al pasado; al ahora. Recuperación de la visión directa del mundo, ese instante de inmovilidad en que todo parece detenerse, suspendido en una pausa de tiempo. Inmovilidad que sin embargo transcurre –imposibilidad lógica pero realidad irrefutable para los sentidos. Maduración invisible del instante que germina, florece se desvanece, brota de nuevo. El ahora antes de la separación, antes del falso-o-verdadero, real-o-ilusorio, bonito-o-feo, bueno-o-malo. Todos vimos alguna vez el mundo con esa mirada “anterior” pero hemos perdido el secreto. Perdimos el poder que une al que mira con aquello que mira.”

Así que ya saben, cuando se encuentren de frente con una planta sagrada, piénsenlo dos veces y pregúntense ¿para qué?, porque con lo sagrado no se juega.

Carlos Castañeda, “Las enseñanzas de don Juan”, 1968.

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