No se sabe cuándo nació ni cuándo murió Petra Herrera, una valerosa soldadera de la Revolución Mexicana de 1910. Petra fue una humilde mujer que se vistió de hombre para poder participar en la lucha armada. A la vestimenta añadió el cambio de su nombre y se hizo llamar Pedro Herrera, a fin de poder unirse a las tropas comandadas por el general Francisco Villa. Su valentía y arrojo la llevaron a participar en numerosas batallas en las que se le reconoció su extraordinario valor, que la llevaron a alcanzar mucha fama entre al tropa.
Petra Herrera luchó como soldado en la segunda Batalla de Torreón, Coahuila, que tuvo lugar el día 30 de mayo de 1914. A pesar de su coraje en la batalla y de ser un excelente soldado, Pancho Villa le negó el crédito que merecía y no la nombró general o generala, como se lo merecía. Pudo más la misoginia del caudillo que el derecho que tenía Petra.
Ante esta injusticia, doña Petra Herrera decidió formar una brigada que fuese de puras mujeres cuando se descubrió que era una mujer y no un hombre como todos suponían. Al grito de ¡soy mujer y voy a seguir sirviendo como soldada con mi nombre verdadero!, su brigada siguió peleando al lado de Villa, a pesar de que éste nunca le dio el crédito que merecía por su valor en la mencionada batalla. Así pues, en la toma de la Ciudad de Zacatecas peleó junto con un contingente de mujeres en la Brigada Zaragoza de la División del Norte, bajo las órdenes de Raúl Madero.
Luis García Monsalve, al contar sus memorias de la famosa batalla, dio constancia de la participación de Petra, y escribió: como a las catorce horas del día 23, alcanzamos la cumbre de El grillo. Por cierto, recuerdo perfectamente a una mujer llamada Petra Herrera, que mandaba como a veinte muchachas y que atacaba como si fuera hombre, llenando de valor con su ejemplo tanto a nosotros como a las mujeres. Petra pertenecía a la Brigada Zaragoza y en esta batalla fue la última vez que la vi.
En 1919, Petra Herrera decidió unirse a Venustiano Carranza, jefe del Ejército Constitucionalista, quien fuera poco después presidente de la República en el período de 1917-1920. Para entonces, Petra ya era conocida en todo México, y en consecuencia solicitó que se tomaran en cuenta sus actos heroicos y que se le diese la graduación que le correspondía por sus méritos. Pero el grado de general le fue negado por segunda vez, y tuvo que conformarse con el de coronel.
Poco después, se le dio la orden de desaparecer su brigada femenina, y se la exhortó a trabajar como espía en una cantina de Chihuahua, donde fungía como camarera. Esa fue su perdición. Una mala noche una partida de ladrones entró a la cantina, cuando estaban ebrios insultaron a Petra y trataron de sobrepasarse, la mujer se defendió, pero como no estaba armada, los bandidos le dispararon. No murió en el acto, pero la mala fortuna hizo que sus heridas se infectaran y murió de septicemia.
Otros historiadores afirman que doña Petra murió en una balacera entre soldados federales y revolucionarios en Zacatecas, donde su brigada alcanzaba el número de veinticinco mil mujeres, acampadas sin permitir la entra de ningún hombre. Aquel que se arriesgaba a entrar, también se arriesgaba a recibir un tiro de la centinela.
He aquí la semblanza de una valiente soldadera mexicana, a quien interpretara la actriz Jesusa Rodríguez. Liliana Felipe la menciona en un corrido de su autoría que comienza así: Viudas, solteras, amantes y casadas madres y hermanas formaron batallón/ al mando de fornida extortillarea/ las soldaderas se fueron al montón/ A las mujeres robadas o violadas/ no les quedó otra que hacerse soldaderas/ pero también las hubo enamoradas/ que tras su amor se fueron a la bola…
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