Quiénes eran los Xirimecha y sus funciones. En el tiempo antiguo de los purépecha de Michoacán, existían los xurimucha, como se denominaba en lengua puhré a los médicos, quienes en la sociedad ejercían las funciones de aliviar a los enfermos, de descubrir la verdad viendo el agua, y de predecir el futuro. En toda la zona purépecha había xurimucha,; cuando el jefe máximo o Cazonci enfermaba, se llamaba a uno de ellos para que lo curase, pues en su corte vivían médicos dedicados a vigilar y restablecer la salud del mandatario. Pero si alguno de estos médicos fracasaba en su intento de curarle y moría el enfermo, entonces debía ser sacrificado para acompañarle al Más Allá y servirle de curandero. Naturalmente, toda la camarilla de médicos se reunía para establecer el diagnóstico del mandatario y determinar cómo debía curarse. Si estos fracasaba se llamaba a médicos importantes de los pueblos y ciudades. La mayoría de los médicos cercanos al jefe máximo pertenecían a la clase sacerdotal y formaban parte de una institución social muy importante para la comunidad.
Por otra parte, los xurimucha estaban encargados de dar muerte a las personas que estaban acusadas de haber cometido algún delito y merecían la muerte. Los médicos tenían la capacidad de ver en los espejos si alguna persona era ladrón, para de esa manera poderlo castigar como se merecía. Asimismo, auxiliaban a las mujeres cuyos maridos eran adúlteros; echaban granos de maíz en el agua: para tal efecto los médicos tomaban una jícara con agua y le ponían dos granos de maíz, si los maíces se juntaban en el fondo de la jícara, significaba que los esposos volverían a estar juntos, en caso contrario todo estaba perdido y la separación era inminente.
Las diferentes clases de médicos. Según el investigador Fulvio Gioanetto, hubo entre los purépechas varios tipos de hombres y mujeres dedicados a curar o producir enfermedades en las personas. Estaban el sangrador, el punzador, el sobador o huesero, el herbolario, la partera, el astrólogo, el que diagnosticaba por medio de signos y sueños, el médico sabio, el médico no tan sabio, el curandero, el sacerdote, el cuidador del fuego sagrado, el brujo que enfermaba con hechizos, el brujo que robaba el alma, el agorero, el que chupaba la sangre, y el brujo chamán.
A más de los diversos médicos con que contaban los purépecha, tenían boticarios a los que nombraban sipiati uri, boticas llamadas sipiati hataquaro, y hospitales para pobres conocidos como pamenchécuaro. Cuando algún médico mataba su paciente en vez de curarlo, durante la fiesta llamada Cuatacónscuaro recibía un fuerte castigo, en el que se le hería en la boca, se le apedreaba, y se le arrastraba por el suelo, lo cual constituía un acto vergonzoso.
Hierbas curativas. Los xurimecha renombrados y al servicio del caltzontzin, empleaban hierbas medicinales, muchas de las cuales se obtenían de un jardín botánico de los que algunos investigadores afirman su existencia. Se cree que este jardín se encontraba en el cerro llamado Zirate, de poco más de trescientos metros de altura, cerca de Santa Fe de la Laguna. Lo que sí se conoce con seguridad es que el comercio de plantas curativas era muy amplio, y se ejercía con otros pueblos indígenas.
Algunas de las plantas que emplearon los antiguos médicos purépecha fueron: el ololticapitzalpatli, que obtenían de las montañas de Pátzcuaro y que servía para curar la diarrea; la axixpatli que curaba las fiebres; la llamada acocoquilitl que servía para adelgazar; la aphatzi siranqua, muy eficaz para quitar tumores y calenturas; la eratihueni buena para limpiar los malos humores de la orina, y quitar manchas en la piel; la tzonpopoto, empleaba para curar las nubes de los ojos, las heridas venenosas y quitar la acidez de la orina; los cabellos de elote usados contra los males de orina, muy efectiva diurético; la chichiantic, excelente para curar enfermedades del bazo; la aparequa, empleada para bajar la inflamación y quitar los dolores de la fracturas aplicada como emplastos: la planta de los Motines que disuelta en agua aliviaba los miembros adoloridos e hinchados, y cuya otra de sus variedades se usaba como purgante. Valgan estos cuantos ejemplos para ilustrar lo escrito.
Otros métodos terapéuticos. Los xirimecha empleaban a más de las plantas curativas y de remedios animales y minerales, otro tipo de remedios. Por ejemplo, aconsejaban usar el temazcal, huringueni en lengua puhré, a las mujeres que estaban en trabajo de parto, con el fin de hacerlo más fácil. Asimismo, recomendaban a los enfermos las aguas termales, que se encontraban en Chucándiro, Tzinapécuaro, y Araró, estas últimas tenían como protectora a Cuerahuaperi, la diosa madre de todo lo existente. Estaban además, las termas de Cuitzeo, las del río Balsas y las del río Lerma.
La causa de las enfermedades y su diagnóstico. Muchas de las enfermedades las producían los dioses y diosas. En la cosmovisión purépecha Curicaveri se encargaba de enfermar a los enemigos en las contiendas bélicas, los debilitaba y los enfermaba, cuando los sacerdotes se lo imploraban. Por su parte Xaratanga, la diosa de la Luna, cuando se daba cuenta de que sus sacerdotes no cumplían como era debido con sus deberes, les enviaba enfermedades y vómitos. A Tata Jurhiata, el Padre Sol, y a Nana Kujtsi, la Madre Luna, también eran capaces de enviar enfermedades a los mortales, razón por la cual se le dedicaban ofrendas propiciatoria al igual que a los Tharhésicha, los antepasados, y a algunos seres sobrenaturales que habitaban los cerros, las barrancas y los bosques, y a los Miringua Simbatsi, espíritus del aire. Algunos animales también eran capaces de causar enfermedades en los humanos. Por ejemplo, las serpientes y los coyotes.
Los médicos diagnosticaban por medio de la adivinación, revelaciones de los sueños, empleando la astrología o ingiriendo plantas alucinógenas.