“Dos de octubre no se olvida” se corea en las movilizaciones populares organizadas para protestar a causa de medidas gubernamentales, que perjudiquen a un grupo de compatriotas o a toda la población del país ¿Qué diferencia hay entre la forma de pensar, políticamente, de los jóvenes de hace cuarenta y seis años y los de ahora?
En el libro Javier Barros Sierra 1968. Conversaciones con Gastón García Cantú, editado por el Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades de la UNAM acerca del movimiento estudiantil de ese año afirma, en su prólogo firmado por el propio García Cantú, que: Si no era explícito lo que los jóvenes deseaban (entonces) para su país, sí lo era lo que les repugnaba: la dependencia de los Estados Unidos, el fortalecimiento de la burguesía mexicana, el sometimiento de los trabajadores, el empobrecimiento de los campesinos, la estrechez de los salarios mínimos, la falta de esperanzas activas en su generación, la burocracia, las formas varias de injusticia y la prevaricación, la simulación y los intereses creados por una minoría, a costa de los de la Nación.
Este libro fue editado por primera vez en 1972 por Siglo XXI Editores. S.A. Habían transcurrido apenas cuatro años de los nefandos acontecimientos de la Plaza de Tlatelolco. Aún existía el campo socialista, no se firmaba el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y, sobre todo, el neoliberalismo no usaba sus colmillos y sus uñas negras. En esa época, a ningún político con más de una neurona se le hubiera ocurrido proponer la inversión privada, sobre todo extranjera, en el negocio del petróleo.
Comparemos lo que va de ayer a hoy para saber la diferencia de pensamiento entre los jóvenes de entonces y los de hoy: ahora la dependencia de los Estados Unidos es mayor, les exportamos indocumentados y nos importan maíz; les vendemos petróleo y nos venden gasolina. La burguesía mexicana no se fortalece como clase: cada vez son menos los ricos aunque los que quedan, cada vez son más ricos. Los trabajadores cada vez más sometidos: hace mucho que no hay luchas por independencia sindical, pero se puede ver, por la tele, futbol en canchas de todo el mundo. Los campesinos no son solamente más pobres, están desapareciendo. Los salarios mínimos tienen tendencia a cero en su valor adquisitivo. La falta de esperanzas activas para la generación joven actual cada vez abarca a mayor número; en el 68 los jóvenes de clase media alta tenían futuro ahora esta clase media alta se está proletarizando. Recordemos que en la Ibero fue donde nació el movimiento # yo soy 132, Universidad ajena a los problemas de los “nacos” en ese no lejano 68. Aunque algunos alumnos de universidades privadas sí participaron en el movimiento. La burocracia cada vez más ineficiente y corrupta. La injusticia y la prevaricación al alza. La simulación, cada vez menos disimulada y los intereses creados por una minoría, a costa de la nación cada vez más descarados: “con la reforma energética bajará el precio de la gasolina” ¿Y el narcotráfico? Entonces no lo usaban para (intentar) cubrir los crímenes de estado.
Los jóvenes estudiantes de una normal rural son asesinados en forma masiva y los del Politécnico se organizan para cuidar su futuro, como profesionistas de alto nivel académico, con el apoyo de otros estudiantes. El 68 no está tan lejos.
No intentamos decir que “Todo tiempo pasado fue mejor” el tiempo pasado de 1968 fue bastante malo, pero como dice el pesimista adagio: “Si algo está mal, puede estar peor” si no se trabaja para mejorarlo, podríamos agregar.