Doña Amelia Wilhelmy no es muy conocida por las nuevas generaciones, digamos de las personas que ahora tienen cincuenta años o menos, a pesar de haber sido una estupenda cómica de la farándula mexicana muy destacada en el medio por su gran carisma.
La Wilhelmy era del signo géminis, por lo tanto muy simpática y divertida. Además de haber participado como cómica en los teatros de revista, fue cantante y actriz. El teatro de revista, subgénero de la comedia, se caracteriza porque combina música popular, bailes realizados por “vedettes” muchas veces por las llamadas “exóticas”, y los conocidos sketches humorísticos de carácter satírico, político y sexual. El auge de la revista musical en México, abarcó un período entre los años veinte y los cuarenta del siglo XX. Amelia Wilhemy que participaba en este tipo de entretenimiento, a veces muy subido de tono, compartió oficio con mujeres como Delia Magaña, Lupe Rivas Cacho, y María Conesa, por mencionar solamente a algunas de las actrices destacadas de la época.
Nacida el 29 de mayo de 1900 en Mazatlán, estado de Sinaloa, tuvo por padres a doña Refugio Juárez y a un tenor de vena cómica llamado Adolfo Wilhelmy. Como llevaba sangre artística en la sangre, a los seis años hizo la imitación de la actriz cómica conocida como Emilia Trujillo, apodada La Trujis, fue todo un éxito, y el Teatro Escobedo de Guaymas, se lleno de aplausos dedicados a la pequeña Amelia.
Veintiocho años después de su nacimiento, Roberto Soto, alias El Panzón, -por cierto padre de otro cómico olvidado del cine mexicano, el tierno e incauto Roberto Soto “Mantequilla”- la invitó a formar parte de su compañía para integrar el elenco de la revista Así se gobierna, que se estrenó en el teatro María Guerrero el 3 de febrero de 1928. En esta obra, mientras que Lupe Rivas Cacho representaba a Doña Grifa y hacía furor, la Wilhelmy hacía de Juan Mariguano como contraparte actoral.
La Wilhelmy, muchas veces aparecía en el teatro caracterizada como una mujer del pueblo: Falda larga de percal, blusa blanca y rebozo. Curiosamente, el rebozo se lo anudaba en la parte del ombligo, el nudo quedaba centrado en él; y cuando actuaba, de repente movía la panza y el nudo adquiría de arriba pa abajo y otro rotatorio que causa hilaridad entre los espectadores. Otra curiosidad es que esta estupenda cómica tenía un brazo más corto que el otro, lo que en lugar de afearla, la dotaba de comicidad y ternura.
Después de una continuación de éxitos cómicos de sátira política, en carpas junto al Panzón Panseco, y ya con una merecida fama de excelente cómica, Amelia decidió irse al Follies Bergere, recientemente inaugurado en 1936, y se acompañó de cómicos también ya célebres como Manuel Medel y Cantinflas. Su gloria nadie la opacaba.
Después de incursionar por el teatro de comedia, la Wilhelmy hizo su entrada al cine nacional, donde filmó algunas películas; por ejemplo, en 1937 hizo ¡Así es mi tierra! Dirigida por Arcady Boytler, acompañada por Cantinflas, en el papel de Adelita. Y otras películas más de las cuales no ha quedado un registro fiable. Más tarde la dirigieron Juan Orol, de origen español, e Ismael Rodríguez, famosos directores de la época. Uno de los personajes con que se recuerda con más cariño a doña Amelia fue el que interpretó en la película de Ismael Rodríguez Nosotros los pobres, a la que siguió Ustedes los ricos. En el primer film personificó a Malena, alias La Guayaba, siempre acompañada por La Tostada, interpretada por otra cómica de renombre: Delia Magaña. El novio de la Guayaba corrió a cargo de Ricardo Camacho, El Planillas. Su personaje aún es recordado después de más de cincuenta años. Nosotros los pobres se estrenó en 1948 en el cine Colonial. Esta película ocupa el sitio número veintisiete dentro de las consideradas las cien mejores películas del cine mexicano. En 1949 apareció en la película No desearás la mujer de tu hijo, haciendo el personaje de La Nana de Cruz (Fernando Soler) y Silvano (Pedro Infante).
Poco después de filmar la película A.T.M ¡A toda máquina!, junto con Luis Aguilar y Pedro Infante, dirigida por Ismael Rodríguez, la famosa Guayaba fue víctima de una hemiplejia que la sentencio a una silla de ruedas y la alejó de la farándula. Deprimida por su condición de invválida, Amelia murió el 6 de agosto de 1964, en la Ciudad de México.