La pintura corporal y facial. La Prehistoria y Mesopotamia

Dellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blancos, y dellos se pintan de blanco, y dellos de colorado, y dellos de lo que fallan, y dellos se pintan las caras, y dellos todo el cuerpo, y dellos solo los ojos y dellos solo la nariz. Cristóbal Colón, Diario.

La pintura corporal se ha utilizado en una gama muy amplia de culturas pasadas y presentes. Los lugares en donde se ha empleado abarcan América, África, Australia, Asia, la Polinesia y Europa. Los colores que se utilizan en las pinturas fecial y corporal son muchos y muy diversos. En América, por ejemplo, predomina el color rojo, que por siglos han hecho uso pueblos tan dispares como los kutchin, los cree, los seris, los cherokees, los tupi, y otros grupos más. Aclaremos que el color rojo se combina con otros colores, pero manifiesta su predominio, sin dejar por ello de tratarse de decoraciones policromas. Los indios de América del norte pintan el rostro con más frecuencia que el cuerpo; en cambio, en América del sur, se acostumbra pintarse cara y cuerpo. La pintura puede ser ocasional, con motivo de determinadas ceremonias; o permanente, como parte de las costumbres cotidianas. Algunas veces la pintura está restringida sólo a los hombres, otras solo a las mujeres, como fue el caso de las prostitutas mexicas. Es válido afirmar que cada grupo cultural tiene sus propios diseños, sus motivos, su simbología, sus características y su combinación cromática, según el caso en que se utilice la pintura facial y corporal. Veamos algunos ejemplos de este tema tan vasto.

 

La Prehistoria. Los investigadores dedicados al estudio de la prehistoria, período comprendido desde la aparición del hombre hasta la aparición de la escritura, nos dicen que la mujer prehistórica decoraba su cara con manchas de barro de color rojo, como lo confirma una pintura encontrada en Noruega, cerca de Oslo, la capital, en la que puede verse a una mujer poniéndose en la cara grasa de reno, animal cuya figura se encuentra dibujada cerca de ella. Las féminas prehistóricas disponían de barro, de tierras colorantes y de grasa de animales para pintarse. La Venus de Willendorf, quien cuenta con 20,000 años de existencia, fue descubierta en las riberas del río Danubio, justamente en Willendorf; se la considera una diosa pintada, intencionalmente, de ocre rojo. Se trata de una figurilla de 11 centímetros de alto, muy robusta, esculpida en piedra caliza, con la cabeza ligeramente inclinada hacia su seno derecho. Pertenece al Paleolítico Superior (entre 33,000 a.C. a 9,000 a.C.), de la fase Gravetiense de la Cultura Perigordiense de los Homo Sapiens. No se sabe bien cuál es su significado cultural. Algunos investigadores afirman que simboliza la Madre Tierra de la cultura europea del Paleolítico Superior; para otros representa el ideal de una cultura cazadora y recolectora dada su gordura; y para otros simboliza la fertilidad y un símbolo de seguridad y bienestar.

Por su parte, los hombres neandertales, Homo Neanderthalensis, especie extinta del género homo que habitó Europa y Asia desde 230,000 hasta 28,000 años, hace 50,000 años,

pintaban sus cuerpos y sus caras. En la provincia de Murcia en el sureste español, se encontraron dos yacimientos arqueológicos con estuches para cosméticos, en forma de conchas de moluscos bivalvos,  con restos de pintura amarilla y roja que bien pudieron utilizar para decorar sus cuerpos, aun cuando esto es tan solo una hipótesis todavía no confirmada.

Mesopotamia. La prehistoria en Mesopotamia abarca un período que va desde el VI milenio a.C. hasta el llamado Período Protohistórico. De esta época sobresalen las pequeñas esculturas de la Gran Diosa Madre. Estas esculturas se han encontrado en el edificio más antiguo del mundo dedicado a la Diosa Madre Ninchursag, de la cultura de Tell Hassuna. En las sepulturas que se encuentran junto al templo, los arqueólogos hallaron diosas esculpidas en barro o alabastro todas ellas pintadas. Mantienen una posición erecta y en algunas la cabeza adquiere la forma de pájaros, lagartos o serpientes. Otras diosas presentan el cuerpo decorado con orificios que simbolizan el mundo subterráneo, y la expresión mágica de eterno renacimiento de lo que portan en su seno. Muchas de estas diosas llevan coloridos dibujos. Incluso se encontró una deidad de la fertilidad decorada con pintura corporal diseñada con puntos en los hombros y líneas en la cintura. Una de las diosas encontradas en los yacimientos de Chagar Bazar presenta diseños en los senos y el pubis, y data del año 5,000 a.C.

Figurillas estilizadas en alabastro blanco y negro, fechadas 3,200 años a.C., llamadas “ídolos de ojos” llevan los ojos pintados  alrededor como si fuesen anteojos. Este diseño simboliza el poder de “todo lo mira”. Fueron encontradas en el Templo de la Diosa Ocular de Brazk. Algunas diosas llevan un niñito grabado en la parte de adelante y otras un símbolo en forma de M, el ideograma mesopotámico para designar el agua, elemento representativo de la Diosa de la Naturaleza y, por ende, de la dadora de vida.

En otras diosas puede verse pintada la figura de un ciervo, animal con el cual se identifica la Gran Diosa Madre Ninchursag. Existen diosas madres de terracota que llevan dibujos de serpientes en sus grandes seños, encontradas en la población de Tell Arpachiyah, fechadas 5000 años a.C.

Las figurillas mencionadas representan las diosas mujeres que ostentaban pintura  en su cuerpo con carácter sagrado. Es más que probable que las mujeres de los clanes y tribus hayan imitado las pinturas de las diosas para ensayarlas en sus cuerpos, ya sea por motivos rituales o estéticos.  Por otra parte, la diosa Inanna, Diosa del Amor, la Vida y la Fertilidad, la famosa Ishtar babilónica, ostentaba en el vientre el dibujo de una estrella de ocho o dieciséis picos, símbolo que la identificaba con el planeta Venus. Asimismo, la mitología nos cuenta que tal diosa gustaba de pintarse los ojos con khol, a fin de parecer más seductora.

En una tumba sumeria encontrada en la ciudad de Ur, fechada en  2,500 años a.C., se encontraron conchas de 4 centímetro, en donde fue preparada pintura roja para maquillarse, como atestiguan las manchas que quedaron. Asimismo, sabemos que una señora llamada Tutu, esposa del escriba Ani, quien vivió en 1,200 a.C., contaba con un cofre de belleza en donde guardaba sus pinturas en platitos que simulaban conchas.

Las mujeres caldeas babilónicas y asirias empleaban la decoración corporal como un medio de embellecerse. Llevaban el cabello largo y lo pintaban con alheña (tinte natural color rojizo empleado para el pelo y la piel) un cuando también gustaban de emplear  pelucas. Usaban colorete en las mejillas y pintura labial. Para pintase los ojos usaban kohl (preparado de galena y otros ingredientes) con el que marcaban unas líneas alrededor de ellos. También se dice que los mesopotámicos trituraban en morteros cierta clase de escarabajos del desierto para fabricar un polvo que se mezclaba con malaquita y el cual servía para sombrear los párpados. Para pintarse los labios, las mujeres mesopotámicas empleaban una pintura hecha de hormigas y escarabajos, animales que poseían un intenso color carmín. Otros productos muy usados fueron el polvo de oro, el rojo illera y el kalu. Las cejas las acentuaban con negro y gustaban de pintárselas muy unidas hacia la nariz. Es importante mencionar que en Mesopotamia hace 3,500 años a.C., los sumerios fabricaron espejos de bronce pulimentado, con mangos de oro, marfil o madera. Como contenedores del maquillaje emplean pequeños frascos de barro, alabastro o metal y unas especies de paletas que permitían esparcir los colores para ser empleados por hombres y mujeres.

Sin lugar a duda podemos afirmar que los primeros pigmentos minerales, vegetales u orgánicos para pintarse los ojos decorativamente o para protegerlos de hongos y otros factores de riesgo, fueron usados por los grupos mesopotámicos. En ellos se empleaban aditivos en su preparación como algunos aglutinantes, aceites y grasa de ciertos animales. Los colores que más se emplearon para la pintura corporal fueron el negro, el verde, el azul y el rojo.

 

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