El significado etimológico de “mariposa”. La mariposa pertenece a los lepidópteros, una orden de insectos holometábolos; es decir, se trata de un insecto que recorre varias fases hasta convertirse en el que todos conocemos. De embrión se convierte en larva, en pupa, y cuando llega a adulto en imago. Su nombre en lengua española está formado por el apócope de “María” y de “posa”, del verbo posar. Según Joan Corominas, el nombre de tal insecto proviene de “María, pósate”, frase procedente de una canción infantil cantada desde 1400 en España. Otra referencia del filólogo Enrique Cabrejas nos indica que tiene su origen en un acrónimo ibérico que permaneció en el léxico español, en el que se aglutinan un sujeto y un predicado (el lexema ibérico “mari” más el lexema ibérico “posa”; el primero con el sentido de pasajera, fugaz, que se seca, efímera, y “posa” que en ibérico significa “cuan”, “cuanto”, lo cual nos daría que la palabra “mariposa” significa, etimológicamente, “cuan se marchita”, sin nada que ver con María ni con el verbo posar en tercera persona del singular.
Simbolismo de la mariposa. De manera general, en numerosas culturas indígenas la mariposa significa la inmortalidad, el renacimiento y la resurrección, la ligereza, la inconstancia; o bien, el aliento vital, el alma de los hombres y la encarnación de los muertos cuando visitan el mundo de los vivos para participar en ciertas ceremonias de carácter mortuorio. Sin embargo, de forma particular cada pueblo indio le otorga al concepto de mariposa particularidades específicas. Veamos algunos ejemplos:
La mariposa en la cultura teotihuacana y en la mexica. Entre los teotihuacanos se le llamaba Quetzalpapalotl, Mariposa de Plumas. Llegó al mundo cuando el dios Quetzalcóatl bajó al Mictlan con el fin de encontrarse con Mictlantecuhtli, Señor del Más Allá, y luego transformarse en la Estrella de la Mañana. Las habitaciones de Quetzalpapálotl se encontraban en la Plaza de la Luna, en la ciudad de Teotihuacan. Su palacio estaba rodeado de columnas, en las cuales aparecía representado dicho dios.
Los aztecas adoptaron al Quetzalpapálotl teotihuacano y le siguieron llamando con el mismo nombre. A las mariposas en general, las consideraban como las almas de los niños que venían a la tierra y, genéricamente, les otorgaron el nombre de Micpapálotl (Ascalapha Odorata), “mariposa del Mictlan”, tal vez debido a su hermoso color negro. Por ende, fue el símbolo del renacimiento y de la regeneración de los hombres. Según nos cuenta la escatología, los guerreros después de pasar cuatro años en el Tonatiuh Ilhuicac, la morada celeste del Sol, regresaban a la Tierra en forma de hermosas y coloridas mariposas, para obtener el néctar de las flores.
Itzpapálotl, Mariposa de Obsidiana, tiene en sus cuatro alas triángulos de color blanco. Se trata de la advocación de la diosa madre Tlazoltéotl (o Toci, Tonan, Coatlicue, Teteo Innan, y Ciuhuacóatl-Quilaztli) patrona de las cihuateteo, mujeres muertas durante el trabajo de parte, habitantes del paraíso de occidente; y la diosa madre de la guerra y de los sacrificios humanos. León-Portilla nos dice: Mariposa de Obsidiana es la tierra personificada en su maternidad; en su regazo abarca a los vivos y muertos: para nutrir a los primeros, para transformar a los segundos…
A Itzpapálotl se la representaba como fuego, y el mismo dios del fuego llevaba un adorno en el pecho en forma de mariposa. En el Códice Borgia II se la puede ver dibujada con la cabeza de una calavera, pues se creía que si una mariposa negra entraba en una casa era señal de muerte entre los habitantes. En los códices Borbónico y Telleriano se la dibujo relacionada con un árbol roto, mismo que simboliza Tamoanchan, el lugar al que accedían las mujeres muertas en parto. En todos los códices mencionados, Itzpapálotl tiene la mandíbula rota propia de las cihuateteo, las almas de las mujeres nobles muertas en el parto. Según un mito, el poderoso Quetzalcóatl apareció por primera vez en el mundo dentro de una crisálida, de la cual emergió dolorosamente a la luz de la perfección simbolizada por una mariposa.
Este bello insecto fue una diosa patrona del calendario azteca. Los muertos se convertían en mariposas y visitaban a sus familiares para protegerlos de los males que pudieran aquejarlos. Las mariposas volaban alrededor de la casa y de las flores. Consideraban que era de mala educación oler un ramo de flores por arriba, se debía inhalar el aroma por un costado, pues la parte de arriba se reservaba para que las almas de los muertos disfrutaran oliendo la flor libremente. Esta diosa se consideró como la diosa-madre de los chichimecas. Diosa feroz y fuerte que tenía alas de mariposa y grandes garras en sus manos y pies.
Los mexicas dieron diferentes nombres a las fases que comprende la vida de las mariposas. El huevo de la mariposa recibía el nombre de ahuauhpapalotl, de ahuautli amaranto, por la semejanza que presentaba con la semilla; a la larva la llamaron ocuilin; al capullo se le conocía como cochipilotl, etapa de sueño; y la mariposa adulta papalotl. Asimismo, distinguieron varios tipos de mariposas: la ya mencionada iztpapálotl; laixtapapálotl, mariposa blanca; la ichcapapálotl, mariposa de algodón; la matlalpapálotl, mariposa azul; la cospapálotl, mariposa amarilla; la xiquipilchiupapálotl, mariposa que hace bolsas; la zoquipapálotl, mariposa de lodo; la tzonincanpapálotl, mariposa que se para de cabeza tzahuanpapálotl, mariposa pájaro; y la quetzalpapálotl, o mariposa monarca.
La Mariposa Galáctica de los mayas. La filosofía maya contaban con un símbolo llamado Hunab Ku, Mariposa Galáctica, cuya etimología proviene de las palabras hunab que significa “cosa solitaria”, y de k’u “dios”. Otra traducción difiere y propone que el nombre significa “dador del movimiento y de la medida”. El concepto de Mariposa Galáctica la consideraba como el dios supremo creador de éste y de todos los mundos habidos; una esencia de inteligencia pura, un “ser” incorpóreo, sin figura ni representación; al cual también se le conocía por el nombre de Kolop U Wich Kín.
Tal concepto representaba la Conciencia la cual comprendía a la totalidad de los ancestros, los hombres y los animales, los reptiles, los pescados, los crustáceos y las plantas. Se la concebía como la Conciencia que organizaba la materia y la antimateria, en estado bruto. Como grandes astrónomos y matemáticos que fueron, los mayas sabían exactamente donde se encontraba el centro de nuestra galaxia, al que llamaron la Mariposa Galáctica. A partir de un disco giratorio situado en el centro de la Vía Láctea surgieron el sol, las estrellas, los planetas y los sistemas solares. El destino de la humanidad dependía de lo que aconteciera en dicho centro, portal de entrada hacia otras galaxias y a la Conciencia Universal. Este centro fue el director de la energía consciente.
Los astrónomos modernos han comprobado que efectivamente el centro de la galaxia en que vivimos es una especie de disco giratorio, en cuyo centro se encuentra un hoyo negro que permite el nacimiento perpetuo de las estrellas. (Cfr. Sonia Iglesias, en www.mitos-mexicanos.com)
Los toltecas y las mariposas del Toltecáyotl. Sabemos que los antiguos toltecas, cuyo centro cultural se encontraba en la ciudad Tollan-Xicocotitlan, simbolizaron la Toltecáyotl con cuatro mariposas dirigidas hacia los cuatro puntos cardinales: la mariposa negra miraba hacia el norte y se delineaba en blanco; la blanca hacia el sur y se delineaba en negro, como opuestos complementarios (los otros eran el este y el oeste); en el centro de este símbolo de donde partían las mariposas, se encontraba un caracol cortado longitudinalmente y la cruz, emblemas de Quetzalcóatl y de su soplo divino.
Toltecáyotl, o toltequidad, es el término con el cual los mexicas nombraron al conjunto de conocimiento de los toltecas, el legado que el gran Quetzalcóatl otorgó a los pueblos de estirpe mesoamericana: la agricultura, la escritura, las artes, los códices, la religión, la organización, en resumen: la cultura y la ideología, o como diría el padre Molina en 1571, el “arte de vivir” de los hombres. Los principios de la Toltecáyotl, se encuentran en el Huehuehtlahtolli, El Libro de las Antiguas Palabras, por medio de fórmulas que reflejan la cosmovisión de los toltecas.
El dios Mariposa de los zapotecos. El dios, de gran influencia teotihuacana, aparece en algunas urnas, específicamente en dos, elaboradas en la Época III-A de Monte Albán. Las urnas presentan al dios con los ojos redondos con plumas alrededor de ellos, el órgano prensil de la mariposa, con el que chupa la miel de las flores, se encuentra colocado entre los ojos. Según las investigaciones arqueológicas realizadas en esculturas y urnas zapotecas, existía también una diosa mariposa, se trataba, pues, de un dios dual.
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