La Fiesta de Corpus Christi hoy en día

El 29 de junio de 1978, como resultado de una petición del Episcopado Mexicano ante la Santa Sede sita en Roma, la fecha tradicional del Día de Corpus Chisti del jueves posterior al día de la Santísima Trinidad, cambio al domingo siguiente. Dicho cambio fue autorizado y decretado por la Sagrada Congregación del Clero, previo consentimiento del Papa Pablo VI. Parece ser que las razones de la petición se debieron a la poca facilidad que tenían los fieles para asistir a misa entre semana, lo cual resultaba más fácil el domingo; pero también en su momento se argumentó que, por este mismo hecho, las personas se veían en la disyuntiva de acudir a sus tareas laborales o al centro de la ciudad a disfrutar la tradición del Corpus. Asimismo, se dijo que la verbena que se forma en el Zócalo capitalino estorbaba el tránsito, muy abundante los días hábiles de la semana. Sin embargo, el tal cambio no tuvo resultado, y actualmente la celebración sigue efectuándose los días jueves. Pudo más la costumbre que el decreto papal.

Hoy en día la fiesta de Corpus se celebra en la mayoría de los estados del país. Los festejos consisten, casi siempre, en procesiones, ofrendas, danzas tradicionales, juegos pirotécnicos y ferias. Entre las danzas más importantes, podemos mencionar las danzas del Gigante, los Reyes, Kalalá, Parachicos, Santiagos, Moros, Negritos, Españoles, Húngaros, Quetzales, Tejoneros, Toreros, Huehues, Aztecas, Manuelito, Pastoras, Arcos y Voladores. Aparte de estas manifestaciones generalmente comunes a todas las ciudades y pueblos, cada comunidad suele imprimirle a la fiesta su propio sello y peculiaridad. Así por ejemplo en Cherán, Michoacán, dos semanas antes del día de Corpus, los panaleros toman dos imágenes de su santo patrón, San Anselmo, y acompañados de música, comida y licor, van a la ranchería de Cosumpa a acampar en el bosque. Regresan un tiempo antes de la fiesta con los panales adornados con flores y cintas y sostenidos con una percha. La celebración se inicia con una misa y una procesión religiosa, terminadas las cuales, da comienzo el juego del palo ensebado. Los panaleros tratan de trepar a un palo grasoso, en cuya parte alta hay cigarrillos, pañuelos y otros objetos que serán el premio del primero que logre subir al palo. En el mercado se lleva a cabo un comercio muy especial. Cada gremio exhibe y pone a la venta los objetos que son propios de su actividad productiva, pero en miniatura. Por ejemplo, los albañiles hacen sierras, plomadas, cucharas y casitas; los tejedores hacen cobijitas y cintitos; los arrieros mulitas y jacalitos y los panaderos elaboran panes en chiquito que a su vez sirven como dinero. Por su parte los restauranteros colocan mesas pequeñas y, sobre ellas, platitos con porcioncitas de comida, incluso las tortillas son de tamaño reducido. A la hora de pagar lo consumido, los comensales dan un chicle, un dulce, un pan o cualquier objeto reducido. A las dos de la tarde todos los vendedores de miniaturas salen en procesión alrededor de la plaza, mostrando sus mercancías. Para atraer la atención, emiten un ruido nasal que bien podría significar: ¡Vengan todos!, ¡Admiren y compren!. Mientras tanto, en el centro de la plaza se reúnen niñitos que llevan en su espalda cajas de jabón a manera de huacales, llenas de dulces y frutas. Veamos algunos ejemplos:

En Paracho, la procesión la componen bandas musicales que recorren el pueblo y acompañan a las danzas tradicionales. Diferente es la fiesta de Tarecuato, donde los purépechas organizan su celebración con actos religiosos, juegos deportivos y verbenas con juegos mecánicos y puestos de comida y fruta. Ese día los habitantes de la comunidad se esfuerzan por estrenar ropa, sobre toda las solteras, pues los jóvenes se limitan al sombrero. Este día se acostumbra comer caldo de res con churupú y corundas. Pero la atracción principal de la fiesta lo constituyen las siete danzas que, año con año, se bailan en esta población. Ellas son: la Danza de los Bueyeros, dedicada a la agricultura; la Danza de los Viajeros, consagrada al comercio; la Danza de los Paneros, en honor a los que fabrican y venden pan; la Danza de los Hacheros, en homenaje a los que labran la madera y fabrican tejamaniles; la Danza de los Pulqueros, para los que venden el pulque; la Danza de los Morraleros, como tributo a los que labran morrales, cintas y ayates; y la Danza de las Viejitas o Samaritanas, bailada sólo por mujeres mayores de 70 años en adelante. Estas danzas las ejecutan los miembros de cada una de las actividades productivas mencionadas y que son las más representativas de la ciudad.

En Tizntzuntzan, el día de Corpus Chisti los huacaleros, los arrieros y los yunteros se reúnen en el Ojo de Agua, que está a las afueras del pueblo, mientras la banda de música toca melodías de la región. A la una de la tarde da inicio la procesión que sale de los diferentes barrios para dirigirse al atrio de la iglesia. Encabezan la procesión los caballos, las mulas y los burros de los arrieros, todos van cargando bolsas de arena que simulan mercancía. Les siguen los bueyes atados a sus arados por medio de yugos; éstos, los cuernos y las cabezas, están adornados con mazorcas atadas con sus mismas hojas. Algunos de los bueyes también están adornados con papel de China, e incluso llevan panes colgado de los cuernos y colas, muchos de ellos en forma de animales. Al final de la procesión van los huacaleros, niños de cuatro a siete años, portando un huacal en la espalda llenos de plantas, flores, calabazas, frutas, petatitos, abanicos, cuernitos, sonajas, cubetitas y botellas llenas de agua de colores que simulan medicinas. Cada uno de los gremios lleva su banda de música. Al llegar al atrio, los arrieros descargan a los animales y preparan su comida. Los yunteros pretenden arar una parte del terreno, mientras un muchacho simula sembrar; y los huacaleros se quitan sus huacales y comienzan a bailar. Antes del Rosario de la tarde, desde el atrio de la iglesia, se arrojan frutas, panes y ollas que los niños y adultos atrapan con alborozo.

 

 

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