La Chispa de Conciencia. Mito Hopi, Hopituh Shinumu. I.

Los hopis viven en Arizona, en la Reserva Federal del Pueblo Navajo. Existen alrededor de 10,000 hopis; su lengua que pertenece a la Familia Yuto-Azteca y se encuentra en peligro de extinción.  El nombre hopi, es la abreviatura de hopituh que significa Pueblo Pacífico, que es como se denominan a sí mismos.

En el inicio se produjo una chispa de conciencia que se incendió en el universo. Era el espíritu del Sol, Tawa o Pautiwal, quien creó el primer mundo, junto con la Mujer Araña, que formó a la gente, y a algunos animales, con barro en las profundidades de la Madre Tierra, Kiva. Al terminar de crearlos los llevó a la superficie y Tawa les insufló vida. La Mujer Araña se llama Gogyeng Sowuhti,  se la representa como una anciana o una araña pequeña. Ayuda a los médicos y a la gente que se encuentra en peligro, y es muy amable. Tawa, aparte de ser el dios del Sol, encarna la justicia y la victoria. Tiene una gran resistencia y una fuerza increíble; puede viajar en los haces de luz y disparar con gran maestría flechas de fuego. Este dios creador, Pautiwal, fue hijo del dios Manitú (Manabozho) y de Nowutset, hija de la Araña-diosa llamada Susstinnako.

En la existencia de los hopis ha habido varios mundos. Cada mundo ha sido asociado con un color, una dirección, un mineral y un pájaro. Así, el Primer Mundo fue el Espacio Infinito en donde vivió el primer pueblo que fuera destruido por el fuego, cuando la disensión y la guerra se apoderaron de él. Este Primer Mundo consistía en una caverna poblada de insectos.  Al observar el movimiento de los insectos el Sol pensó que eran estúpidos, y decidió enviarles a la Abuela Araña. Ella les dijo a los insectos que Tawa los había creado, pero que no estaba contento con su creación, porque ellos no entendían el sentido de la vida.

En este primer mundo el Creador formó a los hombres; cuando rompieron la armonía y el equilibrio en que vivían, el Creador decidió hacer una limpia. Para ello, ofreció que las personas que desearan seguir el camino sagrado serían enviadas a la Tierra y gozarían de su protección. Así, por una caverna que se encuentra en el Gran Cañón bajaron los hombres llevando su comida y permanecieron ahí durante la depuración, a salvo de todo mal. Mientras tanto, el Creador hizo que los volcanes se pusieran en erupción, arrojando grandes piedras por toda la región. Las erupciones provocaron gases y mataron a las personas que no se habían mantenido escondidas en la caverna el tiempo ordenado por el Espíritu. Este hecho ocasionó que el primer mundo fuese destruido por el fuego. En este mundo existían, junto con los humanos, unos seres llamados katchinas, palabra que significa “sabios ilustres y respetados”, de apariencia humana, a los que no se les consideraba dioses, sino seres con conocimientos y capacidades superiores a las humanas. Volaban por los aires a grandes velocidades y aterrizaban donde querían con sus máquinas voladoras. Un día, los katchinas se fueron para siempre y los hombres fueron olvidando muchos de los conocimientos que estos seres les dieron.

El Segundo Mundo, la Media Noche Oscura se terminó con frío y hielo. El pueblo elegido se salvó metiéndose a un hormiguero; para después acceder al Tercer Mundo. Pero volvió a romperse la armonía social, y el mundo se inundó. La Abuela Araña condujo al pueblo a otro mundo que estaba arriba de la caverna escondite por medio de una escalera que tejió. Los insectos emprendieron el camino, pero como éste era muy largo y muy pesado, antes de llegar muchos de ellos se había transformado en animales poderosos. Cuando Tawa vio a estos nuevos animales pensó que eran tan estúpidos como los insectos y que tampoco entendían el sentido de la vida. La Mujer Araña salvó a los hopis escondiéndolos en una balsa, que los condujo a tierra seca. Los hombres repoblaron la Tierra y vivieron más tiempo en este mundo que en el primero. Pero como se creyeron muy inteligentes y que conocían todas las respuestas para conocer la vida, no le hicieron más caso a las enseñanzas del Creador el cual, molesto, decidió llevar a cabo otra limpia. Para ello, les pidió a los guardianes de los polos norte y sur que dejasen sus tareas y permitieran que la Tierra rodara a su arbitrio. Entonces, grandes vendavales azotaron al mundo y el hielo se extendió sobre él. La limpia fue tan grande, que la asimilación del conocimiento se volvió más ardua. Así, el segundo mundo fue destruido por el hielo.

Tawa le pidió a la Abuela Araña que llevara a los hombres a un Tercer Mundo. En el transcurso del viaje algunos animales que acompañaban la peregrinación, se convirtieron en hombres. Entonces la Abuela les enseñó la alfarería el tejido, y los instruyó en muchas cosas útiles. Así, los hombres pudieron llegar a tener una vaga idea acerca del sentido de la vida. Existían unos brujos que eran muy malos y que querían seguir dentro de las tinieblas; por lo tanto, decidieron extinguir el destello de luz y dejaron a los hombres ciegos. Por esta causa los hombres empezaron a pelear, se agredían, se mataban y los niños lloraban.  Habían olvidado, nuevamente, el sentido de la vida.

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