Germán nació en la Ciudad de México un 19 de septiembre de 1915 en una vecindad situada en la Calzada Tlacopan, hoy llamada Avenida Hidalgo. Su padre se llamaba Rafael Gómez-Valdés Agelini, y su madre Guadalupe Castillo. Germán tuvo nueve hermanos, él fue el segundo de ellos. Estudio la primaria en la escuela Venustiano Carranza. Pasó sus primeros dos años en la ciudad de Veracruz, donde su padre fue enviado a trabajar en la aduana.
Poco después la familia se trasladó a Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando Germán cumplió los doce años de edad. Como nunca fue un buen estudiante, terminó la preparatoria de panzazo, y se metió a trabajar como aprendiz de sastre. Poco después, su padre solicitó al señor Pedro Meneses Hoyos que le diera una oportunidad a su hijo Germán en la radio, donde hizo las veces de mandadero, barrendero y de encargado de pegar las etiquetas en los discos. Un buen día probando un micrófono que se había descompuesto, imitó a Agustín Lara, gustó a los empresarios y obtuvo el programa Tin Tin Larará en el que parodiaba al célebre compositor. Poco después se dedicó a la locución y la imitación, fue entonces cuando le empezaron a apodar Topillo Tapas y se volvió muy popular con su programa El Barco de la Ilusión, mismo que dejó para unirse a la caravana artística de Paco Miller, quien estaba buscando un cómico que sustituyera a Are Chida que se le iba. Un locutor de la XEJ, le recomendó al locutor del Barco de la Ilusión. A Paco le cayó en gracia el locutor y le propuso trabajo. Germán aceptó y pidió que su nombre de batalla fuese el Pachuco Topillo. Como “patiño” le pusieron a un señor llamado Marcelo, que se convirtió en su inseparable compañero de sus sketchs cómicos, y de sus posteriores actuaciones fílmicas.
Al principio la comicidad de Germán no gustó y el hermano de Paco Miller quería botarlo de la compañía, pero al oírlo cantar, fuera de escena, acompañado de Marcelo decidieron dejarlo.
Al llegar al Teatro Aldama de la ciudad de Guadalajara, con tres canciones puestas, gustó mucho al público que aplaudió con entusiasmo a la pareja. Como a Paco Miller no le gustaba el nombre artístico de su nuevo empleado, decidió ponerle otro que había llevado un muchacho que conoció en la farándula de Chile, allá por los tiempos de los inicios de Paco. A Germán no le gustó su nuevo nombre, pero tuvo que aceptarlo, y para cuando llegó a la ciudad de México se llamaba ¡TIN TAN! Había tomado la vestimenta de “pachuco” de los residentes de antaño en los Estados Unidos que dominaban el albur y el spanglish. Eran los zoot-suiters de los años 40, los muchachos méxico-norteamericanos con su vestimenta sui generis, de los que diría Octavio Paz en su Laberinto de la Soledad: El pachuco no quiere volver a su origen mexicano; tampoco –al menos en apariencia– desea fundirse a la vida estadounidense. Todo en él es impulso que se niega a sí mismo, nudo de contradicciones, enigma. Y el primer enigma es su nombre mismo: pachuco, vocablo de incierta filiación, que dice nada y dice todo… Queramos o no, estos seres son mexicanos, uno de los extremos a que puede llegar el mexicano.
Para 1940 era ya reconocido como un gran cómico, que había actuado en el teatro Follies, el cabaret El Patio y en la XEW, sin haber estudiado jamás actuación, todo le venía de su carácter de por sí simpático y gracioso. Él mismo diría en una entrevista: He tenido que interpretar a los personajes más contradictorios. Para matizarlos he aprendido a llorar, a reír, a saltar de una barda de tres metros, a bailar, a enojarme. Solito aprendí a ser actor. Como Tin Tan he vivido tantos personajes que llevó los conocimientos necesarios para hacer cualquier caracterización, pero no quiero salirme de mi línea. ¿Para qué? La tintaneada me deja dinero y cumple una misión que a mí me satisface: hacer reír a la gente.
Sus exitosas temporadas en los centros nocturnos y teatros lograron que René Cardona le ofreciera hacer un sketch en la película Hotel de Verano (1943). Dos años después estelarizaría El Hijo Desobediente, bajo la dirección de Humberto Gómez Landero, acompañado por su carnal Marcelo y por Marga López. En la película Calabacitas Tiernas, el director de cine Gilberto Martínez Solares, con quien actuó en más de cuarenta película, decidió cambiar su imagen de Pachuco: En las primeras llevaba su sombrero, su pluma, sus pantalones aguados, entubados en el tobillo, y un saco enorme. Yo pensé que esa indumentaria, en primera ni era mexicana, y además ese tipo de modas son pasajeras (…) Pero en vez de pachuco yo pensé que convendría hacer de él un arrabalero, un muchacho no de pueblo, ni de clase muy baja, sino de esos vivillos que les gusta echarles piropos a la mujeres(…) Poco a poco lo fue convenciendo de que hiciera a un lado su vestuario de pachuco (…) Así fue como lo convertí en un cómico de barrio mexicano.
Había nacido un cómico de leyenda a quien acompañarían en muchas de sus películas sus inolvidables patiños: su carnal Marcelo Chávez, Famie Kauffmann “Vitola”, José René Ruiz “Tun Tun” y Ramón Valdés, su hermano,
Después de más de cien películas en su haber y de grabar multitud de discos en los que cantaba acompañado de Marcelo, y tres matrimonios, Tin Tan, murió el 29 de junio de 1973 en México, víctima de un cáncer de páncreas.