El pan de los antiguos hebreos

Cómo hacían el pan los hebreos. Una vez que se había levado a cabo la cosecha y obtenido el grano de trigo, se le molía entre dos ruedas de piedra para obtener la harina. Esta tarea correspondía a las mujeres de la familia. Si el grano quedaba muy bien molido, se conseguía una harina muy fina conocida como “harina floreada”, usada sobre todo en la pastelería y para panes litúrgicos. La masa se formaba sobre un artesón, instrumento de trabajo doméstico que aparece mencionado en el Éxodo. Para “levantar” el pan se usaba una levadura fresca que no debía estar, por ningún motivo, ni ácida ni corrompida, pues de no ser así se transgredían los preceptos religiosos. Para levantar” el tosco pan de cebada, se empleaba una levadura de la misma masa o de masa de mijo fermentada. Para el pan de trigo bastaba con emplear una bolita de trigo candeal que se agregaba a la masa y se la dejaba reposar una noche en una vasija de barro.

En la cultura hebrea la mujer era la encargada de la panificación. Todas las casas contaban con un horno. En épocas de escasez un horno podía ser compartido por dos familias. Poco después, conforme las ciudades crecieron los hombres empezaron a cumplir las funciones de panaderos. Según el historiador Josefo en tiempos de Jesús la profesión estaba muy extendida y abundaban los panaderos en Palestina. Incluso en Jerusalén había una calle entera donde los maestros ejercían sus funciones. Además, existió una fábrica de pan a la cual los panaderos llevaban su harina para ser convertida en pan y luego vendida en sus establecimientos.

Tipos de pan hebreo. Era común entre los judíos de la época de Cristo comer muy frugalmente. Su alimento primordial fue el pan, tan es así que en lengua hebrea “comer pan” tiene el significado connotado de comer una comida”. Por lo tanto, el pan recibía un trato sumamente respetuoso. Por ejemplo, estaba estrictamente prohibido colocar carne cruda sobre trozos de pan; tirar migajas, en caso de hacerlo debían recogerlas con el filo de una hoja de olivo, poner un cántaro o plato caliente sobre el pan; y cortarlo con un cuchillo, pues sólo debía partirse con la mano.

El consumo del pan estaba regido por el estatus económico al que se pertenecía. Los pobres debían contentarse con pan de centeno y cebada que también servía como alimento para los animales, en cambio los ricos consumían pan de trigo candeal, cuya harina se servía utilizando un cernidor muy fino llamado kemach soleth, o pan de harina floreada, misma que estaba destinada a las ofrendas de Jehová. Sin embargo, la avena estaba destinada a todos los habitantes.

El pan se elaboraba cada dos o tres días, porque no duraba mucho, porque se enmohecía con facilidad. Con frecuencia al pan se le daba forma circular y se le nombraba “pan redondo”. Estos panes eran planos como cantos rodados; medía 2 centímetros de altura, eran panes pequeñitos de cerca de 4 centímetros de diámetro, por lo que en las comidas podían comerse fácilmente hasta tres. Esta pan se cocía en el horno familiar sobre las brasas.

Los judíos también hacían pasteles con harina floreada, a la que amasaban con aceite y perfumaban con menta, comino y canela. El grillo cocido con agua y sal, con miel y vinagre, o simplemente molido, se empleaba para hacer galletas con un ligero regusto amargo. Otro pan muy popular fueron los buñuelos de harina y miel, que se freían en satenes, tal cual hoy en día. Para las comidas de gala solían elaborar pasteles en forma de animales o palacios, costumbre que tomaron en el transcurso de su estadía en Egipto. Los panes hechos de cebada rellenos de lentejas, frijoles y mijo molidos, tenían gran aceptación entre el pueblo.

Además del pan, los cereales en grano también se utilizaban en la alimentación. Así, el trigo tostado servía como bastimento que los soldados podían llevarse a la guerra, cuando las personas viajaban; o cuando acudían a las labores del campo. Asimismo, los cereales tostados servían como guarnición  de los platillos de carne. Si las semillas se trituraban ligeramente, se usaban como sémola para cocinar una especie de papilla muy parecida a la polenta italiana y al cucús árabe. Con el almidón extraído por cocimiento se hacían bombones parecidos al loukoum, se les mezclaba miel y se les perfumaba con rosas o jazmines.

Con qué comían el pan los hebreos. El pan solía comerse con leche, miel de abeja, de uva o de dátil, o bien con queso mantequilla y acompañando a diferentes platillos de aves. Pero también se comía acompañando a las lentejas, pepinos, cebollas, lechugas o salsifíes. La carne no se consumía habitualmente, sobre todo entre la gente pobre, que sólo mataban un animal cuando alguna fiesta lo ameritaba. Más que carne, los judíos comían pescado. Solían comer sus alimentos en los patios durante el verano; pero en invierno empleaban la sala común que muchas veces comprendía también la cocina. Los ricos contaban con una habitación específica para comer, en la que se colocaban la mesa y los asientos en el momento en que se iba a comer. Para la comida no existía hora fija, se comía cuando el hambre arreciaba. El pueblo hacía dos comidas: una a muy temprana hora antes de marchar al trabajo; la otra, por la noche, cuando la labor se había cumplido. Al mediodía se contentaban con un tentempié acompañado de una siesta. Sin embargo, el día del Sabbat la comida era más copiosa. Los rabinos decían que comer mucho al mediodía era como “arrojar una piedra en una odre de vino”. Incluso había un proverbio que rezaba: Si has comido muy temprano, sesenta corredores no podrán atraparte. Jamás se comía sin haber bendecido la comida, y por ningún motivo debía comerse de pie, pues el cuerpo corría el riego de descomponerse.

El pan ázimo y la Pascua. Según nos relata la Biblia en la parte del Éxodo, Cap. XII, los judíos tuvieron que dejar Egipto con tal prisa que tuvieron que levarse la masa del pan sin haber agregado aún la levadura, por lo que no se fermentó. Entonces tuvieron que elaborar unas galletas sin levadura. Ante este hecho, moisés se dirigió a su pueblo y le dijo: En recuerdo del día en que salieron de Egipto, la casa de la servidumbre –pues fue la mano poderosa de Yahweh la que os hizo salir- no se comerá pan con levadura.Por lo que desde entonces, en todas las Pascuas se debieron seguir los siguientes preceptos:

Durante siete días comerás panes ázimos, y el sétimo día habrá una ceremonia en honor a Yahweh.

Se comerán panes ázimos durante siete días, en tu casa no habrá pan con levadura, no habrá levadura en tu casa ni en todo tu territorio.

Le explicarás a tu hijo que la causa es por lo que Yahweh ha hecho de ti, cuando saliste de Egipto.

Observarás este mandato en su fecha, año con año.

Por tanto, la prohibición de comer pan con levadura y sustituirlo por pan ázimo, se debe a la conmemoración de un hecho histórico que revive cada año la noche del éxodo.

La Pascua era la fiesta más santa y más importante de todo el año judío. Celebración muy antigua derivada de aquellas en que los antepasados ofrecían a dios las primicias del ganado y un pan sin levadura hecho con las primeras espigas de la cosecha. El pueblo decía que el nombre de dicha celebración pesah o pesahim, significaba “pasaje”, palabra de posible origen egipcio que connotaba la idea de “recuerdo”.

En los tiempos de Cristo la Pascua se celebraba el día 14 nissan, correspondiente a la luna llena del equinoccio de primavera. Las fiestas duraban una semana, y los días más importantes eran el primero y el último. Para el ritual se inmolaba una oveja, su sangre se esparcía con un hisopo en los dinteles de las puertas y en el interior de las casas. Después, se comía un borrego acompañado de pan ázimo. La carne del borrego se debía asar y nunca hervirse, y ningún hueso del animal debía romperse. El pan ázimo se mojaba en una salsa roja llamada hasoreth y luego se bebía una copa de vino pronunciando una bendición, para después recitar el Salmo CXIV de la Biblia, que cuenta la salida de Egipto. En seguida, se absorbían algunas gotas de agua salada como recuerdo de las lágrimas vertidas por los antepasados. Luego, se procedía a comer el borrego acompañado de hierbas amargas: laurel, rábano silvestre, orégano, tomillo y albahaca. Después se tomaban dos copas más y una tercera llamada Copa de la Bendición y se entonaba el hallel, canto de gracias, formado por cuatro salmos. Terminados los rezos se tomaba una cuarta copa. Este ritual era obligatorio para todos, si había quienes no pudiesen pagarlo la comunidad se cooperaba para sufragar los gastos.

Para otros investigadores el uso ritual del pan ázimo es anterior a Moisés, y tuvo lugar cuando Loth recibió la visita de los ángeles y les ofreció pan sin levadura cocido en las cenizas del hogar. Por lo que quedaba asentado que delante del Señor o de sus mensajeros debía consumirse pan sagrado en forma de galletas y sin levadura¸ o sea, pan ázimo. En el Levítico encontramos:

Tomarás harina floreada y cocerás doce galletas. Las colocarás en dos pilas, sobre la mesa de oro puro delante de Yahweh… es un compromiso perpetuo. (XXIV, 59).

El tabú de comer pan con levadura en las celebraciones acarreaba desgracias, lo mismo que comer ciertos animales. Si alguien transgredía el tabú  Jehová exigía su pena de muerte, pues era bien sabido que a Dios no se le obsequiaba con un producto putrefacto y fermentado.

Sin embargo debe quedar claro que fuera de las celebraciones los judíos sí podían comer pan con levadura. Cada día que lo comían pronunciaban la Barakha, o Bendición del Pan:

Bendito seas, ¡oh Dios!, Nuestro Señor,

Que permites al pan crecer

De las entrañas de la tierra

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