En el año de 1896 arribaron a la Ciudad de México Claude Ferdinand Bernard y Gabriel Vayre, venían por órdenes de los famosos hermanos Auguste Marie Louis Nicolas y Louis Jean Lumiére, inventores del cinematógrafo basado en el efecto de la persistencia retiniana de las imágenes en el ojo, patentado el 13 de febrero de 1895, año en el que presentaron en Francia la película La sortie des ouvriers des usines Lumiére á Lyon Monplaisir. Los hermanos deseaban mostrar el aparato a los mexicanos, quienes ya conocían el vitascopio, proyector de cine inventado por Thomas Alva Edison y Thomas Armat, con el cual se podían ver imágenes sucesivas en una pantalla y se podía escuchar música por medio de unos audífonos. El vitascopio se dio a conocer en 1895 en la Exposición de los Estados del Algodón en Atlanta, Estados Unidos, y luego vino a México.
Bernard y Vayre comprendieron de inmediato que para ser aceptados en la sociedad de la Ciudad de México, lo primero que debían de hacer era dar una proyección privada al presidente don Porfirio Díaz, a sus amigos y a los funcionarios más importantes de su camarilla. Y así se hizo. Tal proyección tuvo lugar el 6 de agosto de 1896 en el Castillo de Chapultepec. La exhibición de vistas gustó mucho a don Porfirio y a sus cotlapaches les encantó tanto que las vieron varias veces en el mismo día. En vista del éxito, los franceses decidieron hacer una proyección destinada a la prensa, con el objeto de hacerse publicidad, misma que se llevó a cabo en la Calle de Plateros número 9 altos, o sea, en la actual calle de Madero. El programa fue el mismo que el proyectado en el Castillo; a saber, Jugadores de Ecarté, Llegada del Tren, Comida del niño, Disgusto de Niños, Las Tullerías de París, Carga de Coraceros, Demolición de una Pared, y El Regador y el Muchacho.
A fin de variar la programación, los franceses decidieron hacer vistas de temas locales, muy a la mexicana, y decidieron filmar al dictador Díaz, quien por tal razón se convirtió, sin saberlo, en el primer actor de cine mexicano que intervino en la vistas tituladas Paseando a caballo en el Bosque de Chapultepec, Entrando en coche al Castillo de Chapultepec, y Entrando a pie al Castillo de Chapultepec. Poco después, los camarógrafos filmaron las vistas llamadas El Canal de la Viga y los Baños del Pane, que alcanzaron un éxito absoluto en el público.
Cuando llegaron las fiestas patrias, los franceses se apresuraron a filmar La llegada de la Campana Histórica y el 15 de septiembre El Presidente con sus Ministros y Desfile de rurales a Galope. Documentales a los que siguieron el fusilamiento de Antonio Navarro, una pelea de gallo y el Jarabe Tapatío. Para finales del año de 1896, se exhibían en el Hotel de la Gran Sociedad (en las calles de Refugio y Espíritu Santo): Baño de Caballos, Elección de yuntas en una Bueyada, Manganeo, Pela de Gallos, Un amansador, y Alumnas del Colegio de la Paz en Traje de Gimnastas. Poco después, en 1897, Vayre y Bernard, presentaban las vistas iluminadas, es decir, pintadas a mano cuadro por cuadro, lo cual causo furor y atrajo mucho más público a la Calle de Plateros mediante el pago de un peso.
Pasado un cierto tiempo regresaron a Francia con sus aparatos y con todas las vistas filmadas en territorio mexicano, pero otros compatriotas que vivían en México los señores Enrique Currich y Enrique Moulinié, junto con Charles Mongrand siguieron la tarea fílmica y filmaron en Puebla vistas muy mexicanas, junto con el señor Ignacio Aguirre quien contaba en su haber un Cinematógrafo Lumiére.
Por su parte, en 1898, el mexicano Salvador Toscano, dueño de la primera sala de cine en México, se dedicó a filmar Escenas de la Alameda, Norte de Veracruz, y Llegada del Tlacotalpan a Veracruz. Con sus películas de 1899 Don Juan Tenorio, en sainete Canarios de Café en la que actuaba la actriz Luisa Obregón, y la comedia Terrible Percance de un Enamorado en el Cementerio de Dolores, dio inicio el cine de ficción; es decir, películas con argumento y actores en escena. Había nacido la industria de cine mexicano.