Don Salvador, cineasta pionero mexicano, nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, un 22 de marzo de 1872. A la muerte de su padre, Esteban, Salvador y su madre doña Refugio decidieron irse a Zapotlán el Grande. Poco después decidió volverse clérigo y se fue a estudiar a la capital del estado, Guadalajara. Pero los azahares de la vida lo volvieron ingeniero topógrafo, graduado en la Ciudad de México.
Un cierto día, y siguiendo los caprichos del destino, sus lecturas le llevaron a conocer a los hermanos Lumiére y sus asombrosas hazañas fílmicas. y decidió poner una sala de cine en México en concesión de los hermanos franceses. Era el año de 1898. Su sala de cine se encontraba situada en la Calle de Jesús María, en pleno centro de la ciudad, donde los aún deslumbrados aficionados al cinematógrafo pudieron gozar de las películas El reino de las hadas, Viaje a la Luna y Asalto y robo de un tren. Estas vistas se acompañaban con un fonógrafo Edison. Al mismo tiempo que se dedicaba a la exhibición de vistas francesas, Toscano realizaba el rodaje de una película con argumento, a la que llamó Don Juan Tenorio y cuyo actor principal fue Paco Gavilanes, un actor catalán de gran talento que vivía por ese entonces en México. Anteriormente, había filmado escenas pintorescas y algunas noticias, como por ejemplo Policia rural que monta sus caballos y Hombres en trifulca en la plaza principal. Junto con Carlos Mongrand que fungía como si socio, dio a conocer a los mexicanos películas de George Méliés, cineasta francés a quien se debe la célebre Viaje a la luna, de increíbles efectos cinematográficos, y que coloreaba los fotogramas a mano. De 1898, cabe mencionar algunas de las más destacadas obras de don Salvador Toscano como La Alameda, Llegada del “Tlacotalpan” a Veracruz, y El Zócalo, verdaderos documentos de la época.
Pero no contento con ello, Toscano decidió abrir una nueva sala a la que llamó Cinematógrafo Lumiére (hagamos notar que algunos investigadores del cine mexicano le llaman Salón Lumiére), localizada en la famosa Calle de Plateros N° 9, en el entresuelo de un edificio, la cual devino con el tiempo Av. Madero. Los programas de las vistas eran muy variados; las funciones se daban de 6 de la tarde a 10 de la noche cada media hora; eran seis las tandas en que se exhibían las películas, y en cada tanda se pasaban ocho cortometrajes. El derecho a ver una tanda costaba 25 centavos, tres tandas cincuenta centavos, pero podían verse seis tandas por 1 peso, como consta en el programa de exhibición del 20 de octubre de 1897.
El Cinematógrafo Lumiére era como una galería sobriamente decorada, con sillas para los espectadores. Todas las vistas que se proyectaban provenían de la Casa Lumiére. Como las corridas de toros gustaban mucho, en cada tanda se proyectaba una. Al principio este Cinematógrafo fue exclusivo de las clases adineradas, pero pronto se hizo más popular al cobrar solamente un peso por seis tandas. Toscano no desdeñaba la publicidad para atraer visitantes a su sala de vistas, y solía anunciarse en el periódico El Universal. En una ocasión don Salvador invitó a una función de gala al entonces presidente Porfirio Díaz, el cual rechazó la invitación y envió la siguiente carta fechada el lunes 6 de diciembre de 1897: Señores S. Toscano B. y Cia. Doy a ustedes las gracias por la invitación que bondadosamente se sirven hacerme, para que, junto con mi familia, visite yo el Cinematógrafo de su propiedad, pero no puedo aceptarla por ahora, por impedirme las muchas atenciones que me rodean y que demandan todo mi tiempo. De ustedes, afm., Servidor Porfirio Díaz.
Pero sin lugar a dudas la obra máxima de Salvador Toscano Barragán fue Memorias de un mexicano, documental de numerosas escenas filmadas y reunidas por el cineasta, dirigido y escrito por Carmen Toscano, con música de Jorge Pérez y de corridos populares dedicados a los héroes de la Revolución Mexicana. El montaje estuvo a cargo de Teódulo Bustos, de la narración se ocupó Carmen Toscano,y del guión y la voz Manuel Bernal.
En esta película se cuenta la vida de un hombre, y su familia, que nació en los últimos años del siglo XIX, quien va recordando su vida por medio de las imágenes que acuden a su memoria, donde juegan un papel primordial las escenas de la Revolución Mexicana. La realización de la película implicó un enorme esfuerzo y muchos años, por parte de Carmen Toscano, para poder catalogar y copiar todo el material reunido por su padre. En un artículo anónimo aparecido en Todo Puebla, se puede leer que: El documental muestra imágenes auténticas en color sepia de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Francisco Villa, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, así como de escenarios del México de principios del siglo XX. Presenta vistas de la Celebración de la Independencia Mexicana (1908), Fiestas del Centenario (1910), El inicio del Movimiento Revolucionario (1911), La renuncia y salida de Díaz del país (1911), La llegada de Madero en tren especial a la ciudad de México (1911), La Decena Trágica (1913) y La Invasión de Veracruz (1914). Acervo histórico-cinematográfico nombrado Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 1967 y ganador del Ariel por Película de Mayor Interés Nacional. Ha sido traducida al inglés, francés e italiano.
El estreno de esta excepcional obra se llevó a cabo el 24 de agosto de 1950, en el Cine Chapultepec de la Ciudad de México.