Curiosidades lingüísticas de nuestro idioma

El por qué del seseo en el habla de México. Nuestro idioma, el español, presenta algunos procesos en su estructura que se suelen llamar fenómenos lingüísticos. Uno de ellos es el llamado seseo en el cual los fonemas representados por las grafías “c” (antes de “e” y “i”), “z” y “s”, se equiparan y se pronuncian como una consonante fricativa alveolar sorda /s/, en vez de producirse el ceceo y emitirse como una consonante fricativa dental sorda /ϴ/ como se pronuncia en el dialecto castellano en España. Dicho fenómeno lingüístico empezó a manifestarse en los siglos XV y XVII.

El seseo se produce en los dialectos del español hablado en América y en los dialectos andaluz, hablado en la región de Andalucía; y canario, hablado en las Islas Canarias. En Andalucía lo encontramos en: Almería, Granada, Jaén, Málaga, Córdoba, Sevilla, Cádiz, y Huelva. Asimismo, el seseo comprende zonas de hablantes del castellano en la Comunidad Valenciana, donde se sustituyó el valenciano por el castellano por razones fronterizas o por la ocupación de tropas y civiles durante la expulsión de los moros de la zona en el siglo XVI. En América, el seseo predomina en todo el Continente de habla hispana, salvo algunos casos aislados.

El seseo se originó debido a diferentes procesos evolutivos que afectaron a los fonemas sibilantes del español anterior al siglo XXII, cuando se diferenciaban cuatro fonemas:

Ce, ci, çe, çi : africada dentoalveolar sorda /ts/

z: africada dentoalveolar sonora /dz/

ss: fricativa ápicoalveolar sorda /s/

s entre vocales: fricativa apicoalveolar sonora /z/

A finales del siglo XVI, las consonantes sonoras se ensordecieron y se mantuvieron solamente /ts/ y /s/ apicoalveolar, sistema de baja estabilidad a causa de la gran similitud fonética entre ambas consonantes. Con el tiempo, en Castilla las consonantes sonoras desaparecieron y sólo quedaron las sordas /ş/ dentoalveolar y /s/ apicoalveolar, que derivó en que /ş/ se transformara en la dental /ϴ/ y perdiera la sibilancia. Obviamente, no sucedió lo mismo en la región de Andalucía donde la distinción entre dentoalveolares y apicoalveolares desapareció mucho antes de que se produjera el ensordecimiento que eliminara a las consonantes sonoras. Como ejemplos podemos mencionar que en el seseo el vocablo taza, se pronunciaría tasa, o cena daría sena

Gracias a los conquistadores españoles mayoritariamente sureños de la Península Ibérica, en México predominó la pronunciación andaluza del seseo con algunas excepciones en la pronunciación de funcionarios de clase alta nacidos en España, pero asentados en la Nueva España.

El por qué del yeísmo en nuestra habla. Se trata de un cambio fonético, de un proceso fonológico en el que se confunden dos fonemas distintos, debido a la deslateralización de uno de tales fonemas, muy frecuente en el idioma español. Así sucede con la /y/ y el dígrafo /ll/.

En el castellano hablado en la Edad Media, /y/ y /ll/ eran dos fonemas distintos, pero en el español que hablamos actualmente, en la mayoría de los dialectos, ha habido un cambio de índole fonética, y no hay ninguna distinción en la pronunciación. Solamente las zonas de Ecuador, Paraguay, Bolivia, la zona andina de Argentina, el sur de Chile y los Andes centrales escapan a este cambio.

En América se produce yeísmo debido a que en España se pronuncian de la misma manera la “ll” y la “y”, lo cual puede deberse a la “comodidad en el habla” a las pocas palabras en que nuestra lengua distingue entre los fonemas mencionados: Calló, cayó; arroyo, arrollo, etcétera. En América, el yeísmo es mucho más complejo que en España: a) existe el yeísmo que confunde la /ll/ y la /y/ como queda mencionado y sucede en la Península Ibérica y en nuestro país, México; b) el yeísmo que diferencia, en el que no ha existido confusión y se pronuncian de manera muy distinta, como es el caso de ciertas partes del Ecuador y Argentina.

 

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