Publicamos este artículo no como parte de nuestra cultura mexicana, sino en relación a las celebraciones de Semana Santa que tanta importancia tiene en México, en tanto que parte de la cultura popular.
Jesús de Nazaret, Cristo o Jesucristo, es la figura fundamental del cristianismo, quien fuera hijo y encarnación de Jehová, nació en el año 6 a.C. –aunque la fecha no se puede determinar con exactitud-, vivió en Galilea y Judea, y murió crucificado en el Monte Calvario. Cumplió con los preceptos de la Ley Mosaica y con las creencias del judaísmo del siglo I, aun cuando hacía patente su posición crítica. Su lengua natal fue el arameo, la lengua habitual de los judíos de Galilea. No se sabe si hablaba el griego, pero se cree que conocía el hebreo y sabía leer, pues en una ocasión se le sitúa leyendo el Libro de Isaías del Antiguo testamento, en una sinagoga, el cual estaba escrito en griego. Veamos, ahora, algo en referencia a la lengua que hablaba Jesucristo.
Clasificación y etapas del arameo. El vocablo arameo proviene del hebreo אֲרַמִּי, aramí, que significa “de la tierra de Aram”, en la cual vivían los arameos o siríacos, pueblo nómada semítico que habitó en Aram-naharaim, que significa “Aram de los dos ríos”; es decir, Mesopotamia. Por su parte, Aram fue uno de los hijos de Sem, nieto de Noé, según nos cuenta el capítulo X del Génesis, que es el primer libro de la Biblia.
El arameo una lengua que actualmente se hable en Turquía, Rusia, Siria, Georgia, Israel, Líbano. Irak, Irán, Armenia y Azerbaiyán, pero en ninguno de ellos es oficial. Existen alrededor de 445,000 hablantes. El arameo pertenece a la Familia Semítica y a la Macrofamilia de Lenguas Afroasiáticas, que surgieron en el Oriente Próximo y el África. La palabra semítica proviene del personaje bíblico llamado Sem, uno de los tres hijos de Noé. Actualmente, las lenguas semíticas que más se hablan son el hebreo, al árabe, el amárico y el tigriña. El primer sistema de escritura que se utilizó para escribir la lengua arameo se basó en el alfabeto fenicio. Posteriormente, adoptó su propio sistema que utilizaron los israelitas y otros habitantes de Canaán para escribir sus lenguas particulares. Se le conoce como alfabeto hebreo utilizado en la Biblia.
La historia de la lengua arameo comprende tres períodos: al primero se le conoce como Arameo Antiguo y abarca desde el siglo XII a.C., cuando los arameos se instalan en Aram, hasta el año 200 d.C. En él encontramos el arameo bíblico utilizado en la Biblia hebrea, y el arameo hablado por Jesucristo. Al segundo período se le llama Arameo Medio que va desde el año 200 al 1200 que comprende al siríaco literario y al arameo de los Talmudes (Targumim y Midrashim). El último período es el Arameo Moderno de 1200 y años posteriores.
El Arameo Antiguo comprende más de trece siglos de historia y en ellos encontramos a todos los dialectos arameos que actualmente ya no existen. El año 500 a.C, marca una fase importante del arameo, porque fue cuando se transformó en Arameo Imperial y los dialectos de la región se tornan relevantes cuando el idioma griego reemplazó al arameo como lengua de poder de la región. Este período Antiguo está integrado por:
El Arameo Antiguo Temprano, el cual se hablaba en las ciudades estado de Damasco, capital de Siria; Arpad, ciudad de la misma Siria; y Hamath. Existen muchas inscripciones de esta época que no hablan de que el arameo era ya empleado en el siglo X a.C. A causa del dominio del imperio asirio en Aram, dicha lengua se convirtió en lengua franca del Creciente fértil; es decir de parte de Egipto, Siria, Asiria, Mesopotamia y Elam.
El Arameo Antiguo Tardío, cuando el idioma pierde su homogeneidad y se ve influido por el acadio, lengua hablada por asirios y babilonios.
El Arameo Imperial debe su nombre a que Darío I lo decretó como lengua oficial del Imperio Persa Aqueménida e el año 500 a.C., y recibió influencia del idioma persa. A pesar de las conquistas de Alejandro magno, el arameo siguió siendo la lengua predominante de la región. Existe un conjunto de treinta documentos escritos en este arameo, lo cual constituye un escaso corpus de estudio.
En el Arameo Post-Aqueménida el idioma ni la literatura sufrieron daño sociolingüísticamente hablando, pero el griego fue impuesto por los seléucidas quienes gobernaron a la muerte de Alejandro Magno, como lengua franca en la zona. Pero el arameo siguió desarrollándose en Judea y a través del desierto de Siria, se extendió a Arabia y a Partia.
El arameo que hablaba Jesucristo pertenece al Arameo Occidental Tardío, que es otra de las divisiones del Arameo Antiguo, junto con el Arameo Oriental Tardío. Dicho arameo cristiano comprendía siete dialectos que se hablaban en Israel, los cuales eran inteligibles entre sí. Estos eran: el Judeo Antiguo hablado en Jerusalén y Judea; el Judeo Sur oriental de la región de Ein Gedi; el Judeo Oriental del este del Jordán; el Arameo Samaritano de Samaria; el Arameo Damasceno hablado en Damasco y Antilíbano; el Arameo Oronotés del norte de Alepo; y el Arameo Galileo perteneciente a la zona donde nació Cristo del cual se conocen, únicamente, ciertos toponímicos, unas cartas de índole privada y una poca literatura rabínica. En la época de Jesús, el arameo y el hebreo convivían con el griego que eral el utilizado en las ciudades, pues era el lenguaje administrativo del imperio romano; así como el hebreo era el lenguaje local y el arameo el idioma común en el Medio Oriente. Naturalmente, que los tres idiomas se influyeron entre sí y muchas palabras hebreas entraron al arameo judío.